Por: Diego Ávila Granados
Las regulaciones aéreas a nivel internacional establecen que ningún producto aeronáutico, bien sea una aeronave, motor, hélice o sus componentes asociados; puede emplearse con fines lucrativos, a menos que este cuente con una certificación otorgada por una Autoridad Aeronáutica para un fin específico. Por Autoridad, en el caso de la aviación, se entiende al ente que se encarga de establecer las regulaciones que rigen las actividades aéreas de un Estado y vigilar las mismas.
Dentro de las obligaciones de una Autoridad Aeronáutica, bien sea civil o militar, se encuentra la certificación de los productos aeronáuticos que se diseñen y/o se fabriquen en el Estado que esta rige, para tal fin, un componente debe atravesar un riguroso proceso que incluye una cantidad determinada de pruebas y demostraciones cuyo resultado permite establecer con certeza que dicha pieza o elemento, e incluso aeronave, operará de manera segura y que, cuando se encuentre en servicio, cumplirá las características técnicas establecidas por el fabricante.
Antes de iniciar un proceso de certificación, debe establecerse cual será la norma o las normas bajo las cuales el producto aeronáutico será certificado, y son dichas normas, las que contienen los requisitos que debe cumplir un componente dependiendo de la aplicación en la que vaya a ser empleado. Por ejemplo, en el caso de un avión diseñado para despegar con un peso menor a 12500 lbs y con capacidad para transportar hasta 9 pasajeros, puede emplearse la normativa FAR 23 (regulaciones emitidas por la Autoridad Aeronáutica civil de los Estados Unidos) con la intención de determinar cuales son los requisitos con los que debe cumplir dicha aeronave para obtener un certificado.
El nombre del certificado que recibe un producto aeronáutico dependerá de la categoría al que pertenezca el mismo, existiendo actualmente las categorías clase I, clase II y clase III. De acuerdo con la Oficina de Certificación de la Defensa (SECAD), ente que oficia como organismo técnico para la certificación de componentes aeronáuticos en la Fuerza Aérea Colombiana, un componente clase I hace referencia a una aeronave, motor o hélice y el documento que otorga la Autoridad Aeronáutica al culminar el proceso de certificación, se conoce como certificado tipo; un componente clase II hace referencia a cualquier elemento que se encuentre instalado en un componente clase I, por ejemplo, una bomba de aceite instalada en un motor. Por su parte, un elemento clase III es aquel que corresponde a una parte estándar del mercado, por ejemplo, tornillos, tuercas, arandelas y remaches cuya designación obedece a una denominación estándar. Una vez se culmina el proceso de certificación para un componente clase II o clase III, el ente certificador emitirá un documento conocido como certificado de calificación aeronáutica.
El hecho de poseer un certificado tipo o un certificado de calificación aeronáutica le permite al diseñador de un producto aeronáutico comercializar el mismo para su uso en aplicaciones aeronáuticas con la garantía de que el mismo cumple con estándares mínimos de seguridad para su funcionamiento y que se comportará de acuerdo con lo establecido en el listado de características técnicas conocido como hoja de datos técnicos.
Aunque en Colombia la certificación de productos aeronáuticos hace algunos años era escaza, hoy día se encuentra en constante evolución, permitiendo que las Autoridades, tanto civil como militar, crezcan y adquieran capacidades para certificar cada vez productos más complejos, lo que a su vez de manera directa genera un importante desarrolla en la industria aeronáutica del país